martes, 8 de julio de 2014

Tras vestidores....


El mejor partido de la temporada y yo dándole gusto a la vista con los cuerpazos en la cancha, pero pendiente de cada una de sus jugadas; «pues yo espero la mía». Hemos estado separados por algunas semanas por los entrenamientos pero seguro la espera tendrá su recompensa.




     Entro hacia los camerinos y están todos los chicos ya casi listos para salir pero mis ojos lo buscan y no logro dar con él.  Pregunto por él,se da cuenta de mi presencia, voltea y me dice.

—Hace rato que espero por ti. —sonrío y camino lentamente hacia él.




Me toma entre sus brazos;  me besa con locura, le saco la camiseta y aprecio cada musculo de su abdomen tan bien definido que no quiero parar de tocar. Con las yemas de mis dedos lo recorro delicadamente logrando erizar todo tu cuerpo, bajo lentamente hasta llegar a sus pantalones donde me  dedico a desabrochar ese botón que hace que la ropa sea la única que nos separa.  

Tenemos tantas ganas que  todo esto nos vuelve locos de pasión.






        Rápidamente le bajo el bóxer y  su erección es tan fuerte y firme que no hago más que metérmelo a la boca para saborearlo  y demostrarle lo rico que es y lo mucho que me encanta lamerlo.  Al fin estoy en la parte de su anatomía  que tanto anhelaba; pongo mis manos a cada lado de sus piernas intentando sujetarlas, esa presión que ejerzo sobre ellas hace que se sienta vulnerable con mis caricias húmedas.






      Mi lengua solo sube, baja, lamo y sigo lamiendo;  lo meto a mi boca cada vez más profundo rodeando su glande con la punta de mi lengua mientras sostiene mi cabeza para que deje de hacerlo;  me empuja hacia él para que acelere mis movimientos,sé que le encanta ver mi cara de satisfacción al disfrutar lo que le hago porque sé que falta poco para hacerle llegar, pero me detiene. 





Toma mis brazos llevándome hacia él, siento como arranca de mi cuerpo la ropa que llevo y me sube al encuentro de mis labios con los tuyos y de mi sexo con el suyo, disfruta lo húmeda que estoy porque sabes lo ansiosa que me tiene para que me haga suya.

     Esos brazos fuertes, esas manos que me agarran las nalgas y empiezan a llevar el control de las embestidas,  «que delicioso es escuchar nuestros gemidos»; mis brazos recorren su cuello y con cada embestida aruño su espalda, me baja y me da la vuelta, yo solo me dejo llevar.





       Coloca su mano en mi espalda y la empuja hacia adelante para poder poseerme, se aferra a mis caderas penetrándome con el fuego de su miembro, acelera sus embestidas sin dejar de frotar mi clítoris, siento el orgasmo más intenso  produciéndose en mí, no lo logro explicar,  el y yo ahogándonos por una misma sensación, mi cuerpo se retuerce mientras con sus labios aun húmedos besa mi cuello.



—Parece que los premios por las buenas jugadas se cobran, se pagan y se disfrutan aún más, porque el gol  que me acabas de pegar lo veo muy difícil de comparar.  ̶  sonrió pícaramente, pasa sus manos por mis mejillas y me guiña un ojo, esos que tanto me hacen alucinar cada vez que me mira.







martes, 1 de julio de 2014

D´ Scandal oh !!!


Al fin hoy abre sus puertas el bar que por tanto tiempo hemos esperado que se inaugure… ¡Scandal-oh! 

Con las chicas, hemos planificado ir a divertirnos.  

Quedamos en encontrarnos a las 22:00 pm en la puerta del bar, nos pusimos de acuerdo para ir super sexy, usaríamos la mejor combinación para una noche de locura, vestidos cortos, tacos muy altos y un maquillaje espectacular para que ellos queden en shock.

Qué lindo es que, a pesar del tiempo que llevamos con ellos aun podamos hacer cita de chicos y chicas , ellos como todos unos caballeros llegan primero y nosotras 20 minutos después, no creo que hayan pensado que llegaríamos puntuales, si somos chicas … ¡ilusos!

Las chicas pasan por mí, y cuando nos bajamos del carro pues adivinen que…. Ellos estaban ahí parados y esperándonos, estaban, hummmm uno más guapo que el otro, y eso que solo estaban usando jeans, camisas y  mocasines; pero lo que no podía faltar era un buen perfume, y ¡cómo olían de rico!  Pero el perfume que llevaba mi hombre era único, me mataba cada vez que usaba ese perfume que le regalé por su cumpleaños.


Entramos cada una de la mano de nuestra pareja, escogemos una mesa, pero está tan buena la música que sin pensarlo dos veces decidimos irnos a la pista de baile.


Estamos bailando tan pegaditos que al oído me dice:




-          Amor, si ves el letrero del fondo ¡!!SALA VIP!!!!
-          Siii
-          ¿Vamos?
-          Claro amor, donde tú digas…


Nos sentamos en la mesa del rincón, la más oscurita, donde solo nos alumbra un diminuto farol, pues el no demora en abrazarme mientras que con su otra mano me toca la pierna, recuesto mi cabeza en su hombro para seguir percibiendo su aroma, me mira y con su mano lleva mi barbilla hacia él y me besa como la primera vez cuando me pidió que sea su novia.









Escucho que aún me dice – te amo mi amor -  y yo derretida por él le digo – yo también, cada día más y más - sigue besándome tan intensamente que mis manos comienzan acariciar su entrepierna pero él me toma por la cintura y me sienta en tu regazo, me besa tan desesperadamente que ni se imagina la locura que me hace sentir…

Pero la cordura me hace decirle que tenemos que parar, que nos pueden ver, pero él lo único que me dice es que no importa si nos ven -  tranquila nadie nos ve… aún  -  entre risas.


Toma mi mano y me lleva al baño de mujeres… 






Mi calentura vuelve  con cada beso que recibo, esa lengua que me envuelve, esa barba que me raspa  y lo único que hago es olvidarme y me arriesgo a todo… pero mientras pensaba, mi cuerpo ya estaba actuando y tenía abajo el cierre de su pantalón mientras tocaba su miembro que donde sea me vuelve loca, ya estoy húmeda con sus dedos en mi interior.  








Con sus manos tan habilidosas saca mi ropa interior y la guarda en el bolsillo de sus pantalones.  

La cosa se pone más ardiente, me sienta en el mesón del lavamanos y me hace suya una vez más.  






Que rico oír sus gemidos, con su voz ronca llena mis oídos de lo mucho que le gusta poseerme y del placer que quiere que sienta, que tanto le gusta.  No sé cómo parar de moverme, ¡me vuleve loca!










Pero él me dices que NO PARE, y yo continuo con mi excelso propósito y llegamos los dos al orgasmo más excitante fuera de una cama .

Me toma en sus brazos, me abraza, me besa y pregunta muy sutilmente si lo he disfrutado.

-          ¿Disfrutado? Gozado y acabado, riquísimo -  solo respondo.





Retomo mi cordura, llevo mis manos a mi cabello lo acomodo por lo revuelto que está, le sonrío y él me ayuda a incorporarme para que no me caiga, por mis tacones, él inmediatamente sube el cierre de su pantalón y regresamos a la pista de baile y continuamos la rumba.