Entre sábanas de seda, tú y yo
fundidos como si fuéramos un solo cuerpo, unidos hasta el punto de sentir que
soy yo la que respira por ti y tu por mí.
La noche más romántica que esperaba regalarte por nuestro aniversario,
champaña, copas, fresas, crema y una delicada lencería... todo un cocktail de excitación.
Cruzo la puerta de nuestra
habitación y siento como si fuera la primera vez que vamos a estar juntos. Qué
rico que te vez en aquella cama, semidesnudo para mí, no puedes dejar de sonreírme y noto tu desesperación por tenerme entre tus brazos.
Camino hacia ti al vaivén de mis caderas,
cuando estoy a tu lado, me acerco y solo doy un leve respiro en tus labios,
incitándote a que me beses pero no te dejo hacerlo, pues tengo mucho para ti
esta noche.
Pongo la copa en el velador y me
desnudo para ti, con una deliciosa música de fondo me voy sacando poco a poco
el sujetador al tiempo que te coqueteo lanzándote miradas diciendo que me
comas...
Intentas llevarme hacia ti, pero
me separo y sigo con mi baile, recorro
todo mi cuerpo con mis manos, humedezco mis labios y los llevo hacia tu boca,
te pregunto si continuo o no.
- ¿Si continuas ...? Pues si estoy
demorando para devorarte.
Dejo que tus manos se posen en
mis caderas y lentamente puedas sacarme el panty, acaricias mis piernas y las
besas delicadamente hasta llegar a lamer todo mi sexo y subir hasta mis pechos
para tomarme en tus brazos, y llevarme hacia el ventanal y penetrarme locamente
contra él.... Son tantas las ganas que
decidimos llevarlo hasta el final mientras me haces tuya, frotas
mi clítoris y me haces llegar tan pronto tú estás listo para acabar
juntos.
Me tienes aún en tus
brazos, besándome con locura y a mi oído dices que
esto no acaba aquí, que hay mucho por hacer.
- ¿Jugamos? - Mi cabeza y
mi cuerpo dijeron inmediatamente que sí, no sabía lo que él tenía en mente pero
yo solo me dejé llevar ..... - Acuéstate me dijo y pasa el hielo
por todo tu cuerpo, quiero ver como lo haces.
No aguantaba era una
nueva sensación en mi cuerpo hacia que me erizara y no paraba de
morderme los labios, de pronto a mi oído susurró - quiero
que te masturbes para mí.
Así que manos a la obra....
Mmmm por mis pechos
erizados comencé el camino suave y delicado, poco a poco mi cuerpo empezó a
temblar, recorrí mi ombligo, di unos pequeños movimientos circulares y seguí mi
ruta al sur, me detuve en mis caderas, las tocaba y volvía a subir varias veces...
Lo
sensible que uno se pone cuando lo hace es indescriptible.
Bajé y bajé hasta que llegué a mi
vagina, la toque y noté lo húmeda que ya estaba.
Dediqué todo el tiempo a estimularme por
completo y a darle, a mi amado, el mejor espectáculo de su vida…
Lo tenía tan ansioso que él no
paraba de tocarme hasta que entendió que ya era hora de alcanzar mi clímax y
que ya estaba lista para él.
Pues su lengua venia preparada
con el mejor repertorio de la noche y sí que me hizo cantar hasta lo más
profundo de mi ser, logramos alcanzar el
clímax una y otra vez ...
y no paramos de amarnos toda la noche.
Brindemos por otro año más...