martes, 20 de mayo de 2014

Tatuado en mi piel

Nena, ¿lo hiciste?   No puedo creerlo, solo era una fantasía, y ahora me sorprendes con verlo en tu cuerpo…


Hace cuanto tiempo lo habíamos conversado, él quería que yo  me hiciera un tatuaje, pero lo que me detenía era si me dolería o no hacérmelo… pues no estaba muy segura de ello.  Pero se acercaba su cumpleaños y decidí hacérmelo y darle la sorpresa…


Mi mejor amiga me acompañó, ella no podía creer  que al fin lo estaba haciendo.
Yo estaba muy nerviosa pero le dije a mi amiga que comenzáramos a planificar la fiesta sorpresa para mí cumpleañero.  Fue de gran ayuda porque mientras conversamos ni me había percatado de que el tatuaje al fin ya estaba listo.  El hombre que me lo hizo me dijo que me levantara y cuando lo hice lo primero que vino a mi mente es si le gustaría, me paré frente al espejo y  ahí estaba aquella palabra que tanto dude hacérmela, y en el lugar que el tanto había soñado.


A los dos días mi amado regresó del seminario al que lo envió la compañía y mi tatuaje ya no lucía tan rojo.
Debía ir a recibirlo al aeropuerto,  así que me aliste y fui en busca de él.   

Lo recibí con un gran abrazo, un beso muy profundo y le dije ¡FELIZ CUMPLEAÑOS AMOR!  Como sabía que llegaría a las seis de la tarde, todos sus amigos ya estaban en mi casa,  mi cuerpo temblaba, no quería que él se diera cuenta de lo que yo estaba haciendo en secreto.  En el camino de  regreso a casa, era la hora pico y había mucho tráfico, así que nos tomó el suficiente tiempo para que todo esté listo en casa.

Se sentía feliz  y cansado yo no paré de coquetear con él en toda la fiesta, cuando ya pudimos quedarnos solos y todo quedó limpio, entramos al cuarto y yo me dirigí al baño porque claro venía con su fascinante regalo…

Salí del cuarto y él estaba sentado en la cama, esperando verme…   Salí completamente desnuda y con el único adorno de una cinta de regalo en mis caderas.




 ¡Oh sí que se ha quedado impresionado¡  Pues no le sale ni una sola palabra…

Si algo me gusta de él, es que se da cuenta de todo sin necesidad de que yo le diga algo…

Me toma a horcajadas, me lleva contra la pared, y siento su erección en mi vagina, me besa con locura y con tanta pasión, se aferra a mis nalgas y yo no sé cómo hacer para que me penetre rápido y poder sentirlo dentro de mí.






Pero él sabes cómo acelerarme más y más, así que solo me dejo llevar.

-  Sí, sigue así por favor, vas muy bien.
- Te amo nena,  eres solo mía y ahora te lo voy a demostrar.  Me vuelves loco, me tienes atado a ti.
- Y yo a ti amor.

Sigue besándome con locura, siento su excitación, me gime al oído y yo solo tomo su cabeza y pongo mi boca en la suya, le paso mi lengua muy lentamente mientras se agarra a mi cuerpo y me lleva hacia nuestro lugar favorito en la casa, nuestra habitación, nuestra cama y nuestros cuerpos desnudos por completo son la fórmula perfecta para llegar al nirvana del placer.

-          ¿Quieres jugar ahora?
-          Oh, sí que quiero jugar.
-          Entonces cierras tus ojos, amor.

Y yo solo lo hago de inmediato,  tapa mis ojos, y ata mis manos con la cuerda que cuelga del centro de nuestra cama, comienza a besarme para que no sienta miedo por todo lo que vendrá, pero con cada beso que me da, más eriza mi piel, produce una rica sensación en todo mi cuerpo, no hago más que volverme loca por él.


Besas mis senos,bajas a mi ombligo y te agarras de mis piernas y mientras las separas tu lengua comienza a lamerme toda,  sientes el sabor que tanto te gusta, sabor que no hace otra cosa que volverte mas loco por el momento q estamos viviendo , y no sabes como comerme mas , solo grito con cada orgasmo que me haces alcanzar, uno y paras, dos y vuelves a parar … ohh nooo porfavor  ya no aguanto, me desamarras y al bajarme a la cama , me penetras rápidamente ,  y con cada embestida paras,  vuelves a poner  tu boca en mi vagina y haces que mi cuerpo se arquee con el orgasmo que logras que yo alcance, volvemos alcanzar el ritmo que tanto gozamos hasta  lograr acabar juntos.





Y  aquella noche no pare de amarlo y el de amarme con la locura de cuando lo hicimos por  primera vez en nuestra casa.




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