lunes, 2 de junio de 2014

Mi Primera vez, Al fin tuya...

Segunda parte

Estaba tan nerviosa y sin saber que pasaría, él solo  preguntó:
¿Quieres entrar?  Mi cabeza solamente asintió, tomó mi mano y me llevó junto a él, me besó tiernamente y me abrazó.



¡Supe que ese era el momento!

Me condujo hacia la puerta,  la abrió y éramos callados, no sé cuál de los dos estaba más nervioso, solo sentíamos el silencio invadiendo toda la habitación. Una cama King frente a nosotros, un televisor y el baño; la suite era sencilla pero acogedora.  El directamente prendió el aire acondicionado y  las luces del baño; caminó hacia mí, me tomó de las manos y comenzó a besarme, tan delicadamente que todo mi cuerpo temblaba y no era por el aire acondicionado.



Me besó y mi cuerpo tembló entre sus brazos, él lo sintió  y siguió besándome.   Sentí como lentamente  me sacaba la blusa, como bajaba mi short y solo quedaba en traje de baño.   Sin darme cuenta ya no tenía la parte de arriba de mi traje de baño pero en ningún momento lo detuve , así que el continuó.  Me acostó en la cama, continuó besándome y con su boca recorrió cada centímetro de mi cuerpo: mi cuello, mis senos, mi abdomen, mi ombligo, hasta que sacó mi bikini muy despacio con sus dientes,  al despojarme de las última prenda que me cubría  comenzó a subir por mis piernas y se quedó en medio de ellas, yo no sabía hasta ese momento el poder que tiene ese musculo llamado lengua.



Cuantos Ohhhh arranco de mí, cuantos gemidos escuché sin saber  que salían de lo más profundo de mi interior.  Él quedaba encantado con la mejor vista de mi intimidad y con mi cara de satisfacción, con cada arqueo que mi cuerpo hacía, con cada apretón que daba a mis senos mientras seguía con su lengua jugando en mi sexo.   Me hizo acabar, pero no terminaba de gozar el primer orgasmo que arrancaba de mi, que ya sentía como venía el segundo …

¡Por favor que no pare! … Ya no aguantaba…  Si, si,  si  por favor, solo sonreíamos.   Hace rato sentía lo duro de su miembro y  ¡Cómo me moría por tenerlo dentro de mí!

Pues ese momento llegó, se acercó a mi boca y empezó a  besarme mientras su pene  comenzaba a penetrarme.  Qué rico que lo sentía cada vez que se movía, nunca dejó de mirarme y nunca deje de sentir nervios por el hombre que tenía dentro de mí, lo abracé, lo besé.  Aruñé muy despacio su espalda, mientras sentía como mis manos tenían vida propia y se conducían solas por todo su cuerpo, mientras él tocaba mis nalgas y las apretaba. 



Yo no sabía hasta ese momento  lo delicioso que era hacer el amor por primera vez con un hombre al que realmente le importaba yo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario